Tauro y Tauro no pueden evitar encontrarse y sentirse atraídos uno por el otro. Su compatibilidad es significativa, muy alta. Tauro es un signo que pisa fuerte en terreno firme y siempre está en búsqueda de esa seguridad para avanzar ¡Y qué mejor que otro Tauro para brindarsela! Ambos se entienden muy bien, Tauro y Tauro buscan los mismos fines: relaciones leales, largas y una persona a su lado que sepa valorar la importancia de ver lo bello en las pequeñas cosas. Saben como conquistarse mutuamente: son sensuales. Ambos van a lo seguro, saben sus deseos más profundos: comer, beber y la atracción sexual. Tauro siempre mira a futuro, mide con cautela las posibilidades y avanza, es por esta razón la importancia de la seguridad en sus vidas. Sin embargo, puede suceder que dejen de entenderse cuando Tauro intente, sin éxito, convencer a Tauro de cambiar de parecer. Su terquedad característica terminará por convertirse en conflicto que, si desean continuar, deberán solventar juntos.
Tauro y Tauro en el amor
La compatibilidad amorosa entre Tauro y Tauro es admirable. Entre ambos hay un vínculo pasional, sensual y duradero. Su amor está en los proyectos a futuro, en la seguridad de la relación y en el disfrute de las pequeñas cosas. La intimidad entre ellos va más allá de lo carnal; disfrutarán de una rica comida, una película acompañada por un buen vino y no podrán resistirse a sucumbir al amor.
Tauro y Tauro en la amistad
Amigos para toda la vida: Tauro y Tauro establecen lazos prolongados. Son honestos, leales y no buscan menos en una amistad, lo cual es algo que ambos pueden brindar. Saben disfrutar de los buenos momentos y de los pequeños placeres de la vida. Tauro y Tauro serán incondicionales en las buenas rachas y en las malas.
Tauro y Tauro en el trabajo
No hay nada mejor para un Tauro que tener un colega taurino. Su relación laboral es excelente, es que, los nacidos bajo el signo de Tauro son laboriosos, puntuales, eficientes; saben sus virtudes pero, mantienen el ego a raya. Es probable que Tauro y Tauro tengan rispideces cuando uno quiera convencer al otro sobre cómo enfrentar alguna tarea, por lo que la terquedad es protagonista también.